28 ago 2010

Charlotte Gainsbourg: cuando era de limón…

Tuve mi primer encuentro con Charlotte en una película de Claude Miller llamada La Petite Vouleuse (Casi una mujer). No sabía todavía quién era esa niña de extraña belleza, ni tampoco recordaba la figura de su padre. Tiempo después, nos encontramos de nuevo en una película llamada The Cement Garden. Era una historia incestuosa y lúgubre acerca de un grupo de hermanos cuyos padres mueren. La belleza de Charlotte, extraña y fascinante, me cautivó totalmente a pesar de lo escabroso del argumento. O tal vez por eso…El clima melancólico y frío del film le quedaba como si hubiera sido hecho para ella.

Esperé los títulos del final con ansiedad porque quería saber quién era esa ninfa perversa, de tan particular nariz y mirada. Entonces recordé la película de Miller, entendí que Cement Garden estuviera dirigida por un tal Andrew Birkin, pero sobre todo vi su apellido. Era la hija del grandioso Serge Gainsbourg.

Si hacemos un veloz flash-forward, encontramos a Charlotte convertida en una mujer de cierta edad, pero con su belleza y atractivo intactos, actriz talentosa y respetada. Pero también encontramos a la figura de su padre en una dimensión que se agiganta día a día, y a la pequeña Charlotte en una prestigiosa carrera musical que lleva dos discos. Es imposible hablar de Charlotte sin hablar de Serge. Los dos discos mencionados fueron compuestos y/o producidos nada menos que por Air el primero y por Beck el segundo. Pero dadas las influencias de Gainsbourg en el trabajo de ambos, sumadas a las referencias manifiestas en ambos discos y la presencia de Charlotte, los discos se convierten casi en un homenaje a Charlotte y a Serge por igual.

Pero bueno, dije “dos discos”, obviando a propósito el disco que realmente dio comienzo a su carrera en la música: Charlotte Forever, compuesto por Serge y cantado por Charlotte a sus “tiernos” 15 añitos…Y de esto quiero hablar. Hagamos esta vez un flashback.

En 1986 Serge Gainsbourg transita los últimos años de su vida, en plena decadencia física y con poco por decir. Por el otro lado, la pequeña Charlotte, recién naciendo a su carrera artística. Una de las pocas cosas que le quedaban por hacer a Serge es este hermoso disquito.

Charlotte Forever es el disco infantil que un padre como Serge le haría a una niña como Charlotte. ¿Entonces qué quedaría de cualquier disco tonto con pretensión comercial? Pues NADA…jejeje.

El disco se basa en el sistema que usaba Gainsbourg por aquel entonces para sus propios discos: un synthpop muy ochentoso afrancesado, con coros masculinos que repiten el título del tema en inglés, sobre el que desgranaba su poesía porno. Esta vez la que desgrana su poesía es Charlotte. La belleza se encuentra en algunas melodías, en la vocecita frágil como el cristal de Charlotte, y por momentos es perturbador. Abre el disco “Charlotte Forever”, un bellísimo dueto con Serge (hay uno más), que podría ser la “Ballade de Melody Nelson” , sólo que esta vez el papel de lolita lo hace Charlotte. Sans toi/j’ne suis plus moi/j’derive à l’infini canta Serge a lo que Charlotte responde Sens moi/approche-toi/amour de ma vie…

La voz mínima de Charlotte recorre todo el disco, frágil, quebradiza, a veces con un jadeo infantil y susurra cosas como: j’vois des flash et des éclairs/des orages dans l’air/vers moi se translucident/des lignes à haute tension/me disent attention/L’amour est trop avide…

O canta un alegre pop llamado “Oh daddy oh” sobre una melodía juguetona que podría haber cantado su madre Jane Birkin. Todas la letras se podrían citar porque son de lo mejor que le quedaba por escribir a Gainsbourg, repletas se juegos de palabras, juguetonas y perversas a la vez. Algunas parecen hechas para Jane, otras para BB, pero todas son cantadas por Charlotte. Quizás allí ese gusto agridulce y perturbador. La ambigüedad es constante. El adiós y la despedida también ocupan buena parte del disco (“Don’t Forget to Forget Me”).

Un párrafo especial para “Elastique”, que comienza con un bajo que introduce una melodía que prefigura gran parte del sonido de Air (no me creés? Escuchalo y al toque poné “Sexy Boy”), con una letra que podría haber cantado BB: Élastique/Des gimmicks/Un peu comme Mick/Jagger que je trouve comique…ó Élastique/gimmicks/l’aime les comic/strip aussi les clips…

Hitazo.

La edición original del disco es de ocho canciones. En posteriores reediciones se agregó “Lemon Incest”, aquel temazo con su padre, que grabó a los trece años y tanto revuelo levantó por el clip en que aparecían en la cama semidesnudos(sacré bleu!!!)

Desde la tapa, en un bello primer plano blanco y negro, Charlotte te mira con esos ojos de nena caprichosa enfurruñada, algo perversita y con su pelo agreste. Y yo le digo: “¡Llevame con vos,Charlotte, quiero ser tu padre!”

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