16 dic 2010

Carl Barat: yo también quiero ser crooner

Carl Barat.El disco solista del “otro” de The Libertines. Como a muchos integrantes de bandas de rock inglesas, en algún momento parece que escuchan a Scott Walker y pelan su faceta de crooner elegíaco. A Barat le sale bastante bien. Lo primero que salta a los oídos es la ausencia o levedad de las guitarras en casi todas las canciones. Y el dramatismo de la voz de Barat.

El disco abre con The Magus y creo que estoy escuchando cantar a Jarvis Cocker, pero no, es Carl nomás. Y en una de las mejores canciones del disco, que se acerca más al vaudeville que al brit-pop. Sin embargo Barat, a diferencia de otros cantantes pop versión crooner no puede desprenderse totalmente del sonido brit pop…

Hay orquestaciones dramáticas in crescendo como en Carve my Name, mientras Carl se desgañita cantando never speak of love again…hasta que llega la siguiente canción, je…Pero como dije, este Carl no puede salir del brit pop y ahí tenemos al single Run with the boys, con sus vientos y bajo que suena super pop. Lo que no está nada mal porque le da algo de variedad al cargamento de baladas dramáticas y taaan románticas del disco…pero la letra de estas canciones, que muchos critican por sus pretensiones de Poesía (así con mayúsculas) alcanzan su objetivo no por lo que dicen sino por cómo lo dicen…y ahí está la voz de Carl que a veces recuerda a Scott, a veces a Jarvis y a veces a Maniac Street Preachers (She’s something).Sí, el brit pop siempre está, aunque no lo veamos. Y Barat se las arregla para conseguir algunas de sus canciones más bellas como The Fall con su tempo vodevillesco y otra vez el fantasma de Jarvis, donde canta cosas como The snakes and devils of our past…o she’d crucify my confidence…entre arreglos de cuerda y menciona a Ginger y Fred, como para que la cosa quede clara.

Shadows Fall suena como una canción de Gainsbourg para una peli…lenta, elegíaca, erótica…pero también recuerda a A song for Europe de Roxy Music. Y como para que se entienda lo frenchy del asunto, una canción se llama Je regrette, je regrette

Ode to a girl (claro, todo romántico que se precie tiene una oda) es sucedida por una distorsionada Death Fires burn at night que queda un poco descolocada para decir la verdad, pero a su vez la sucede (y cierra el disco) una balada a puro piano llamada Irony of Love…tal vez la ironía es que al contrario que Pete, para ser tomado en serio, Carl debió sonar lo más alejado posible de The Libertines. El resultado es una de las sorpresas (al menos para mí) del año. Otra ironía es que mientras Buenos Aires comienza a parecerse a un horno, el disco de Carl Barat suena a otoño, atardeceres grises y noches traicioneras. Tan cliché como inspirado. Uno de mis favoritos del año…

Mi favorita del momento: The Magus.

No hay comentarios: